Imagina tener que cambiar a un familiar en el suelo de un baño público.
Imagina cómo te sentirías si fueras esa persona en el suelo.
Por desgracia, hay miles de personas con discapacidad y sus familias que no necesitan imaginarlo, para ellos, es una realidad diaria.
Las personas con discapacidad tienen derecho a salir y disfrutar de las mismas actividades que muchos de nosotros tenemos garantizadas día tras día, pero los baños adaptados públicos existentes no se ajustan a las necesidades de todas las personas con una discapacidad. Existen personas con discapacidades múltiples con necesidad de apoyos más complejos o incluso personas mayores, que no tienen un acceso seguro y cómodo a los baños adaptados públicos, por lo que muchas veces tienen que esperar hasta llegar a casa o se les acaba cambiando en el suelo por falta de recursos, algo antihigiénico e indignante hoy en día ante una necesidad tan básica, además de peligroso para familiares/cuidadores.